18.10.08

El arte de Aurora y María Fernanda Cerdio



Los dibujos, en general de los niños y niñas representan un mundo del que ya nos hemos olvidado los adultos, o mejor , del que los adultos se han olvidado, ya que yo me considero una especie de niño "pasmado". Con pocos trazos dicen el mundo, con los minimos colores avivan el universo, más que como lo ven como lo imaginan, y esa es su virtud: la representación del mundo no sólo como es o debe ser (versión de los adultos), sino como es y puede ser. Decir las cosas en niño es vivir el mundo de una manera más amplia, sin zapatos, sin calzones, sin pena.

13.10.08

Estallo viendo (selección)

Yo no estoy en ningún lugar,
no estoy entre este techo y la cama,
no estoy contra muros.

El puño de un motor
Atropella el aullido de un perro en la calle.

Me estrello contra ruidos, voces
por los cables del teléfono.
-Madremuerta- digo
desde esta hoja negra que soy,
desde el diacrítico acento que he sido en tu nombre.

Procuro olvidar
que el tiempo arrastra en un costal su ensarta de horas,
mientras se me hincha el ocio entre las piernas.
Procuro olvidarme
y estoy surto en mí,
espiando por la rendija de la puerta
a que el día te traiga en su primer grito
aun cuando sé que no vendrás.


Tú no sabes a mar

tal vez a gotas
o quizá sólo a brumas.
No sabes a mar,
menos a océano.
No, no sabes,
cordillera infinita de suspiros,
línea de arena en arena,
nudo de ojos asombrados en la noche envenenada de estrellas.
Tú no sabes a mar
porque el mar es alado.


LAJA PARTIDA

I
Dormita el día por una cara; lo sabe el río detrás de la loma, las plantas, los árboles. Algo se aleja.

Puerta a la noche casi azul; después de ti hay luz; “estrelas”, dicen más sólo es luz que rompe la tarde antigua.

II

Mamíferos nocturnos evitan fantasmas ; manchan sus cuerpos en los polvos de la luna, trazan laberintos buscando el centro de la noche.

Sísifos ciegos, míseros como luciérnaga en fuga de esa lumbre que los persigue.

III
Perros y gatos descansan las cabezas sobre sus manos en cruz. Respira el caballo viejo dormido en sí. Las vacas no llaman ya a su críso desde el potrero: el canto de los grillos droga a los diurnos.

IV
Por las ventanas de las chozas se distinguen mujeres preparando el alimento de la noche. Del fogón nace entre llamas la serpiente de humo que asciende y suelta sus escamas en el aire.

“Vivedichosa debajo desosos laurelees
túqquetescondes con ramitasde ojas verdes...”

V
Junto a papá Beto , mi hermano y yo olemos la sangre del cigarro que muere y nace entre sus labios.

Habla de los días que vienen, del agua, de la milpa, del frijol. Sus peones, mis tíos y mamá Elvira escuchan sobre el cansancio que les escurre y forma sus sombras.

Cuando hay claridad, mi abuelo es largo, duro como rama de ormiguillo; ahora todos nos parecemos a él.

VI
−Ustedes no lo conocen: el mar es un cielo de agua.

Y todos escuchamos de nuevo el cuento del río que no se volvió mar.